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Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno, uno pequeño, crecía entre ellos y delante de él fueron arrancados tres de los cuernos anteriores. Y he aquí que en este cuerno había ojos, como ojos de hombre, y una boca que hablaba arrogancias.

El tribunal condena a las cuatro bestias

“Estaba mirando hasta que fueron puestos unos tronos y se sentó un Anciano de Días. Su vestidura era blanca como la nieve y el cabello de su cabeza era como la lana limpia. Su trono era como llama de fuego; y sus ruedas, fuego ardiente. 10 Un río de fuego procedía y salía de delante de él. Miles de miles le servían y millones de millones estaban de pie delante de él.

“El tribunal se sentó y los libros fueron abiertos.

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